
Mi cuerpo, mi templo
El cuerpo es nuestro hogar en la tierra, y como seres humanas somos la deidad que lo reside.
Hemos aprendido a juzgarlo, a cambiarlo, a “mejorarlo” - antes de aprender a honrarlo, cuidarlo y apreciarlo tal y como es.
Tal y como somos - en todas nuestras facetas, estaciones y etapas 🌹🥀
Hermosas. Suficientes. Plenas. Normales. Poderosas. Diosas.
Dignas y merecedoras de toda la bondad universal.
Cuando amamos cada parte de nosotras y de nuestro templo, todo el espectro de nuestra encarnación humana comienza a florecer, tornándose más vibrante, más radiante, y más enriquecedora.
¡Eres bienvenida tal y como eres!
Inmersas en hermandad femenina vamos a explorar, cultivar y nutrir el amor propio y corporal desde un lugar de curiosidad, compasión y profundo honor, combinando sabiduría ancestral con prácticas somáticas y la ciencia del placer.